La obsesión de los últimos años ha sido la de unos glúteos pequeños, nada carnosos, para mantener una talla de 36-38 que se acercara al máximo a la de las modelos. Sin embargo, últimamente parece que las preferencias están cambiando y ahora los centros de belleza se llenan tanto para reafirmar esta zona como para darle volumen para convertir sus traseros en los más deseados.
Así lo corrobora la doctora Mar Mira, especialista en Medicina Estética de la clínica Mira + Cueto:
Nuestras pacientes empiezan a aceptar sus curvas y en lugar de un adelgazamiento general, nos solicitan fórmulas para moldear o contener determinadas regiones que tienden a romper la armonía de las siluetas más femeninas y curvilíneas.
Para esta transformación se utilizan tanto implantes de silicona para los glúteos como inyecciones de grasa del propio cuerpo, esta última técnica, como imaginaréis, una técnica mucho menos invasiva para despedirse del trasero de Madonna y dar la bienvenida al de Jennifer López o Beyoncé.