Las operaciones en verano son un recurso para las personas que quieren lucir una operación bikini perfecta. Así, es el momento de llegar a la playa, ponerse el bikini y además de broncear el cuerpo, disfrutarlo con el mejor aspecto que buscábamos encontrar de nuestra figura.
Sin embargo, las operaciones de cirugía estética no sólo llevan un proceso de preparación en muchos casos, sino que después de la intervención, requieren que nos sigamos cuidando para conseguir los mejores resultados. La etapa de recuperación es fundamental para que la parte operada quede bien, para que cicatricen las heridas y desaparezcan las hematomas, por ejemplo.
Dentro de la parte de los hematomas, es importante la exposición al sol. Si los sufrimos, que es lo más común, y tomamos el sol, el astro rey puede interferir en la absorción de los mismos y dejarnos una mancha oscura en la piel de forma permanente. Algo así como un hematoma que nunca desaparecerá. Por este motivo, las cicatrices deben protegerse del sol durante un mínimo de 6 meses o al menos, mientras estén de color rojo.
Así, si os habéis operado hace poco, más vale no disfrutar del sol durante todo el verano que llevar un tatuaje en forma de hematoma permanente para toda la vida.